Estados Unidos, la ola conservadora estrecha el cerco contra el derecho de las mujeres a abortar
Florida, es el último de los estados en sumarse a la ola antiabortista que recorre los Estados Unidos. Más de 20 estados del país han aprobado leyes que modifican la histórica ley de 1973, que estableció que los estados no podían prohibir el aborto antes de la viabilidad fetal, es decir 24 semanas de embarazo. El cerco se estrecha contra los derechos de las mujeres a disponer de su cuerpo.
Primera modificación:
Arkansas prohibió en octubre prácticamente cualquier aborto. Misisipi ya lo había hecho a partir de las 15 semanas de gestación. Texas puja para que se prohíba a partir de las seis semanas. Alabama, Iowa y Arizona también han establecido limitaciones a la libertad reproductiva. Oklahoma aprobó el 5 de abril una ley que lo convierte en delito en todos los casos, salvo emergencia sanitaria. Y el gobernador de Florida acaba de estampar su firma a una ley que reduce de 24 a 15 semanas el límite de la interrupción voluntaria del embarazo - sin exceptuar causas como violación, incesto o tráfico de personas.
‘Hemos visto más prohibiciones y restricciones del aborto promulgadas en Estados Unidos en los dos últimos años que en cualquier otro tiempo’, afirma Rosa Valderrama del Instituto Nacional de Latinas por la Justicia al micrófono de RFI. La especialista acusa a ‘los extremistas’ de estar ‘buscando prohibir el aborto completamente, para poder quitarnos ese derecho fundamental’, un ‘derecho humano’.
La regulación antiabortista de los territorios conservadores de Estados Unidos se da en un país eminentemente federal en el que viajar de un territorio es como cambiar de galaxia.
Lisa Zayas de la organización Latinos de Florida Watch por su cuenta subraya que eso ‘quita acceso a las mujeres de raza negra y de color, de migrantes, comunidades que típicamente son marginadas a un servicio de salud’. Quienes cuentan con dinero podrán ir a otros estados ‘para realizarse sus procedimientos’, sentencia.
Misisipi y Texas libran una batalla contra el aborto en la Corte Suprema, de mayoría conservadora, que debe decidir si mantiene en pie el precedente legal marcado por esa misma corte en 1973, conocido como "Roe versus Wade", que garantizó el aborto legal en Estados Unidos hasta alrededor de las 24 semanas.
Si la Suprema Corte deroga la histórica ley de 1973, cada territorio de Estados Unidos prohibirá o permitirá el aborto a su antojo, y , en ese caso, se prevé que más de la mitad de los estados del país tomen medidas para vetarlo.
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