China

Guerra de diagnósticos sobre el premio Nobel de la Paz 2010

Un afiche solicitando la liberación de Liu Xiaobo, durante una manifestación en Hong Kong, el 29 de junio de 2017.
Un afiche solicitando la liberación de Liu Xiaobo, durante una manifestación en Hong Kong, el 29 de junio de 2017. © Reuters

Dos médicos occidentales concluyeron que el disidente chino Liu Xiaobo, aquejado por un cáncer en fase terminal, podría salir de China para recibir ayuda médica, contradiciendo así las afirmaciones de los galenos chinos quienes estimaron “peligroso” el traslado del premio Nobel.

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El delicado estado de salud del premio Nobel de la Paz, el disidente chino Liu Xiaobo, se ha convertido en el núcleo de una batalla de afirmaciones. Xiaobo, quien se encontraba en libertad condicional, fue trasladado a un hospital en virtud de un cáncer de hígado en fase terminal.

Salir de China sería beneficioso psicológicamente para Liu. Le ayudaría soportar mejor el tratamiento.

Hu Ping, disidente chino exiliado en EEUU y amigo de Liu Xiaobo.

Su familia había manifestado su deseo de que el disidente terminara su tratamiento en un hospital en Estados Unidos o Alemania. La solicitud se vio contrariada el sábado por los médicos chinos del hospital de Shenyang, en el noreste de China, donde se encuentra ingresado, quienes aseguraron en un comunicado que sería “peligroso” trasladar al paciente.

El mismo sábado, dos especialistas occidentales visitaron a Liu Xiaobo y confirmaron que estaba enfermo de cáncer en fase terminal y validaron el tratamiento en curso. Sin embargo, afirmaron que Liu podría recibir cuidados paliativos fuera de China.

“Existe por supuesto un riesgo en el traslado de cualquier paciente, pero Liu puede ser transportado con toda seguridad respetando las debidas medidas de evacuación médica”, afirmaron en un comunicado los médicos que examinaron al Nobel, Joseph M. Herman del Centro Médico de la Universidad de Texas y Markus Büchler de la Universidad de Heidelberg.

Liu Xiaobo, de 61 años, fue galardonado con el premio Nobel de la Paz en 2010 aunque las autoridades chinas no le permitieron viajar a Oslo a la ceremonia de entrega. Un año antes había sido condenado a 11 años de prisión por haber participado en la redacción del manifiesto Carta 08, que exigía elecciones libres.

Desde que Liu Xiaobo fuera hospitalizado, Francia, Estados Unidos, Alemania y el Parlamento Europeo han presionado a Pekín para que autorice al disidente a recibir un tratamiento en el extranjero.

Diversas ONG y allegados de Liu culpan a Pekín de haber esperado a que su estado de salud empeorara antes de permitirle salir de la cárcel. Su caso permitió sacar a la luz la suerte que corren los disidentes y abogados en China, cuya represión se ha intensificado tras la llegad a la presidencia de Xi Jinping, a finales de 2012.

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