Pasión y fotografía en el ‘Festival de la Luz’

Uno de los festivales de fotografía más conocidos en Latinoamérica abre sus puertas este miércoles en Argentina. Son los "Encuentros abiertos – Festival de la luz que se realizan cada dos años. En esta edición, el tema común de todas las muestras es la pasión.

El festival de la Luz tendrá lugar en 17 ciudades argentinas hasta el 30 de septiembre. Foto Eduardo Segura / Argentina

¿Cuántas formas puede tener la pasión? ¿Cuáles pueden ser sus fuentes, y cuáles sus consecuencias? ¿La exaltación, el sufrimiento o quizás, la locura?

Es lo que tratan de descubrir los Encuentros Abiertos - Festival de luz de fotografía organizado en Argentina. Una bienal que este año convocó a los fotógrafos del mundo entero a trabajar sobre el tema de la pasión en todas sus vertientes y que se explayará en unas 130 muestras que podrán verse en todo el país.

La pasión, un tema amplio, casi infinito pero también sorprendente como explicó a RFI desde Buenos Aires la directora del Festival de la luz, Elda Harrington.

"Pensamos que íbamos a recibir fotografías sobre el amor. Pero nos llevamos una gran sorpresa cuando descubrimos las pasiones de los seres humanos plasmadas en las fotos que recibimos. Las mayores propuestas trataron de fútbol – una pasión muy argentina o mejor dicho una fanatismo – y otras muchas también sobre religión”, aseguró Elda Harrington.

La primera edición de este festival en 1989 se celebró en Buenos Aires con el objetivo de crear un espacio de intercambio y comunicación entre fotógrafos de todas las disciplinas. Las primeras citas convocaron a fotógrafos argentinos pero con el pasar de los años el festival adquirió una dimensión internacional. Un mega evento dedicado a la fotografía artística internacional que esta año mostrará los trabajos de 500 autores de 17 países.

En la actualidad, estos "Encuentros abiertos - Festival de la luz" son también una gran cita de la que se nutren numerosas muestras en todo el continente, ratificando a artistas ya conocidos y ofreciendo un trampolín para muchos jóvenes fotógrafos en busca de reconocimiento. Todos debieron encontrar un ángulo para mostrar nuestros apetitos más profundos, aquello que nos recuerda que estamos vivos: la pasión.