El escritor francés premiado con el Nobel de Literatura en 1985 fue uno de los máximos exponentes de la “nueva novela” y autor de más de 20 obras con un fuerte componente autobiográfico.
Claude Simon nació en la ciudad de Antananarivo (Madagascar), pero muy joven se trasladó al sur de Francia con su madre, luego de la muerte de su padre durante la Primera Guerra Mundial. Simon también quedaría huérfano de madre poco después, cuando tenía apenas 11 años.
Esos acontecimientos trágicos marcaron su vida y su obra literaria, considerada como parte de la corriente comúnmente llamada "nouveau roman", la nueva novela, en la que participaron escritores muy diversos. En el caso de Simon hay una ruptura con la tradición literaria anterior dada por el estiramiento de la frase, la repetición, la desaparición de la puntuación, las metáforas o la construcción polifónica, pero también elementos propios de su época.
“Simon quiso dar una respuesta literaria al tiempo que le tocó vivir y que se caracterizaba por una tradición de ruptura con todo lo anterior. Lo que hizo fue integrar una serie de elementos en su novela que quizás hacen su lectura muy difícil. A la imagen de Balzac, quien integró los principales avances tecnológicos de su época, Claude Simon también lo hará. Las técnicas de la pintura, la fotografía, el cine forman parte de esos elementos nuevos”, explicó a RFI Alicia Piquer Desvaux, una especialista de la obra de Claude Simon y profesora de la Universidad de Barcelona.
Entre las obras más conocidas de Claude Simon se encuentran "La ruta de Flandes" (1960) y "Las Geórgicas" (1981), que en su momento cautivó al público y a la crítica, y que lo llevaron a ganar el Nobel de Literatura en 1985.
Cuando le llegó este galardón, no era un escritor muy famoso en Francia, aunque ya había recibido varios premios en su país, como el de la Nouvelle Vague, en 1960, por “La ruta de Flandes”, y en 1967 el premio Médicis, por “La Historia”.
“Por un lado, él enriquece al ‘nouveau roman’ con su visión cultural, esta relación intertextual con el mundo del arte, desde Leonardo Da Vinci hasta Picasso, y con su experiencia en las nuevas tecnologías; pero al mismo tiempo, el ‘nouveau roman’ le aporta una nueva manera de contar. Fue uno de los autores, junto con Marcel Proust, que mejor trabajó todas las dimensiones del tiempo. Fue un escritor que alcanzó un nivel de genialidad extraordinario, por lo cual no me extraña que la Academia sueca le haya concedido el Nobel, por ser muy representativo de su época y muy innovador”, puntualizó Piquer Desvaux.
Claude Simon obtuvo el premio Nobel de Literatura en 1985 "por la mezcla de creatividad y consciencia profunda del tiempo en la representación de la condición humana", según argumentó la Academia sueca.
Otras obras suyas son “La batalla de Farsalia” (1969); “Orion ciega” (1970); “Los cuerpos conductores” (1971); “Tryptique” (1973); “La Cabellera de Berenice” (1985) y 'La invitación' (1988).
Su novela “El jardín de plantas” (1977), un conjunto de recuerdos entremezclados unos con otros, fue considerado por los críticos como su testamento literario, pero a los 88 años, Claude Simon sorprendió a sus lectores con su decimosexta novela “El tranvía”.
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