Economía y finanzas

Viejos aranceles y nuevos desafíos

Primera modificación:

Pocas veces el término de aranceles o guerra arancelaria han florecido con tanta regularidad en los titulares de la prensa mundial. Incluso algunos podrían imaginarse que se trata de un invento del actual ocupante de la casa Blanca, aunque en realidad, los aranceles existen y se aplican, prácticamente desde los orígenes del comercio internacional y con la creación de la Organización Mundial de Comercio.

Angela Merkel y Donald Trump, 8 de junio 2018. REUTERS/Yves Herman
Angela Merkel y Donald Trump, 8 de junio 2018. REUTERS/Yves Herman REUTERS/Yves Herman
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Tan viejos como el comercio internacional, los aranceles se han puesto nuevamente de moda gracias a Donald Trump. Aplicados con regularidad desde los siglos XVII y XVIII para proteger la producción local de la foránea, a finales de la segunda guerra comenzaron a ser levantados en aras del comercio internacional.

Durante la década de los 80 y 90, Estados Unidos y su culto al consumo y por ende de productos internacionales, comienza a generar un elevado déficit respecto a países como China, México, Japón y Alemania. Un déficit sin embargo perfectamente financiado dentro de la balanza de capitales por el hecho de que los Estados Unidos cómo explica a Radio Francia Internacional el profesor Xavier Mena: «si bien tiene un gran déficit comercial de bienes y de servicios, exporta menos de lo que importa, pero atrae buena parte de los capitales del mundo, y así financia su déficit."

El problema es que financiar un déficit con capitales extranjeros -como el caso de los chinos- tenedores de buena parte de los bonos del tesoro, implica un riesgo. Hasta ese punto es un diagnóstico que comparte buena parte de los expertos; donde las opiniones divergen es sobre la solución, Donald Trump ha adoptado la vieja receta de subir los aranceles para equilibrar la balanza comercial, solo que con ella ha abierto la caja de Pandora que podría poner en jaque al conjunto del comercio internacional. En el cálculo de Trump, interviene probablemente una dosis de cálculo político nacional, por las elecciones de mitad de mandato. Por lo cual las tensiones podrían mantener aún durante un tiempo.

Daniel Lacalle descarta el argumento de que los aranceles permiten preservar la industria local : "Históricamente, las medidas arancelarias no solo no protegen ninguna industria sino que dañan a otras porque hacen los insumos mas caros, complican la producción y el acceso a bienes y servicios. Plantearse proteger un sector con aranceles significa que se trata de un sector que ya ha dejado de ser competitivo."

Entrevistados:Daniel Lacalle, economista jefe de la gestora Tressis, y profesor en la IE Business School de Madrid y Francisco Xavier Mena, catedrático de economía de la escuela de negocios ESADE en Barcelona y Madrid.

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