Shanghai arrastra en su caída a las bolsas europeas
La bolsa de Shanghai volvió a suspender su cotización, luego de perder más de 7 %, tras una nueva devaluación del yuan, la moneda nacional. La mayoría de las plazas financieras mundiales siguieron el movimiento iniciado en China.
Primera modificación:
Por segunda vez en una semana se apela a este mecanismo de cierre, que ya se había implementado a inicios de la semana, cuando se suspendieron las cotizaciones en las bolsas de Shanghai y Shenzhen. En ese momento, Shanghai caía 7,32 % y Shenzhen 8,35 %.
Las bolsas europeas registraron a la apertura de operaciones fuertes caídas y a media sesión Londres perdía 2 %, París 3 % Francfort 3,1 % y Madrid 2,65 %, entre otras.
Este panorama en las bolsas chinas refleja el desaceleramiento de la economía de la segunda potencia mundial, lo que sitúa el crecimiento de China en 2015 en 6,9 %, el más bajo en los últimos 25 años.
La preocupación ha cundido en todo el mundo, pese a la inyección de liquidez de los bancos centrales en los mercados, gracias a una política monetaria ultraflexible.
Uno de los grandes financistas internacionales, el multimillonario estadounidense
George Soros, evocó la posibilidad del surgimiento de una nueva crisis, semejante a la de 2008: "China tiene un gran problema de ajuste …Yo diría que se trata de una crisis real. Cuando observo los mercados financieros, veo una situación grave que recuerda la crisis que tuvimos en 2008”.
El peso de la devaluación del yuan
El elemento determinante de la espectacular caída de Shanghai fue una nueva baja oficial de la cotización del yuan frente al dólar de 0,51 %, lo que lo sitúa a 6,5646 yuanes por dólar, la tasa más baja desde marzo de 2011.
Bloomberg News estimó que se trata del descenso más pronunciado de la divisa china desde agosto, cuando se devaluó sorpresivamente la moneda china 5 % en una semana. El margen de la fluctuación autorizada por el Banco de China es de aproximadamente 2 %.
Esta es la octava devaluación de la divisa nacional, lo que genera preocupación en los inversionistas porque, si bien abarata los productos chinos, al mismo tiempo encarece las importaciones y disminuye las compras de Pekín en el extranjero.
Para sostener su moneda, China ha vendido masivamente dólares, lo que ha conducido a una disminución de las cuantiosas reservas cambiarias del país a su nivel más bajo en los últimos tres años, hasta 3,3 billones de dólares a finales de diciembre. En el último mes del año, la caída fue de 100.000 millones de dólares, una cifra récord según las autoridades monetarias chinas.
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