Un año de purgas en la Turquía del todopoderoso Erdogan
Primera modificación:
Se cumple un año del golpe frustrado en Turquía, un intento de asonada militar que si bien no prosperó sí ha logrado cambiar muchas cosas en el país euroasiático. Al menos 249 personas perdieron la vida pero los turcos han perdido mucho más.
Informe desde Estambul de Nuria Tesón
En el último año, sus derechos y libertades han sido restringidos. El estado de emergencia que se declaró días después del golpe y que sigue estando vigente ha permitido al gobierno llevar a cabo una purga de opositores en todos los estamentos de la sociedad.
Con la excusa de acabar con los ‘gulenistas’ seguidores de Fethullah Gülen, un clérigo exiliado en Estados Unidos, han sido purgadas 300.000 personas, según los datos facilitados por el primer ministro y el ministerio de Justicia.
Las autoridades turcas han despedido a más de 140.000 empleados públicos. Más de 50.000 personas han sido encarceladas y hay emitidas órdenes de arresto contra 8.000.
Además Turquía se ha convertido en el mayor carcelero de periodistas del mundo con 150 informadores en prisión y ha emprendido una caza de brujas que afecta a miembros del Parlamento o a activistas de Derechos Humanos.
Mientras, el presidente Recep Tayyip Erdogan ha consolidado su poder logrando aprobar en referendo, con poco más del 50% de los votos, un cambio constitucional que convierte el sistema parlamentario turco en uno presidencialista.
“Un Estado de un solo hombre”, como advertía esta semana el líder del opositor Partido Republicano del Pueblo, Kemal Kilicdaroglu. El izquierdista ha liderado una marcha por la justicia este mes que acabó el pasado domingo en Estambul para protestar contra “la deriva autoritaria de Erdogan” que un año después del intento de golpe de Estado parece cada vez más afianzada y difícil de combatir.
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