Diario de viaje 2020: vacaciones en Francia en la era del Coronavirus
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Aunque parece que el nuevo coronavirus obliga a los franceses a quedarse este verano en su país, los galos lo ven como una oportunidad para relanzar la economía local y explorarlo de manera diferente. RFI acompañó a algunos turistas hasta la Bahía de Arcachon, en la costa occidental de Francia.
Un reportaje de nuestra enviada especial a la Bahía de Arcachon, Ana María Ospina. Realización Charly Amadou. Para escucharlo, haga clic en el símbolo play arriba.
En este verano boreal los franceses salen tímidamente a disfrutar de sus vacaciones en condiciones sanitarias sin precedentes. Ellos aceptan y se adaptan para evitar a toda costa un aumento significativo de los enfermos con covid-19 que obligue al gobierno a declarar una nueva cuarentena.
Lorette y Henri Godart son una pareja de jubilados que cada año visita un rincón diferente de Europa, como saben que esta vez es difícil cruzar las fronteras, decidieron descubrir la Bahía de Arcachon, en la costa occidental de Francia.
“Nos dijimos ya está bueno, necesitamos salir. Al principio nos preguntamos sí hacíamos lo correcto al viajar o no, si es que vamos a atrapar el virus o no”, dice Lorette Godart que presume su álbum de vacaciones de años anteriores que incluye fotos en Países Bajos, Bélgica, Suiza, España, Portugal y añade que “en Francia hay tantas cosas para ver así que se aprovecha el final del confinamiento para visitarla".
Convertida en el sexto Parque Natural Marino de Francia, la Bahía de Arcachon es un verdadero mar interior compartido por ocho ciudades ostrícolas. Se necesitan unas tres horas en tren o seis horas en auto desde París (649,4 km) para llegar a ella. Uan las regiones más visitadas porque ofrece múltiples paisajes que incluyen la laguna (bassin d'Arcachon), playas de arena fina, bosques de pino, islas y a la duna más alta de Europa.
La duna de Pilat es un sitio declarado de interés desde 1994 y al que se puede llegar fácilmente desde Arcachon en auto, bicicleta, transporte público o caminando (11km). Esta duna de 106 metros de alto y 2,7 km de largo se interpone entre el bosque y el océano atlántico.
Los comerciantes de Arcachon esperan con ansias la llegada de los turistas este agosto, aunque la recuperación económica se anuncia difícil. “Los franceses aceptaron ayudarnos. Siempre dijimos que como compatriotas nos teníamos que ayudar mutualmente. Parece tonto pero la forma de hacerlo era no viajando al extranjero para potenciar el trabajo local”, asegura entusiasta Alix, gerente de un hotel.
Poco pueden contar los restaurantes, los mercados, las actividades turísticas, los hoteles, las tiendas… el comercio en general asociado al turismo, con los extranjeros. La Bahía recibe, según el periodo del año, alemanes, holandeses, finlandeses, daneses, ingleses, rusos y sobre todo españoles.
Pocos turistas extranjeros pero los españoles están presentes
Como desde hace cuatro años Ana Sánchez viaja en auto con su familia desde Salamanca pero esta vez el plan se decidió en el último minuto, cuando abrieron las fronteras entre ambos países. “Queríamos venir más tiempo pero como no sabíamos lo que nos íbamos a encontrar aquí en Francia respecto a la epidemia en España, decidimos reservar lo más cerca de la frontera en el caso de que surja algún problema y necesitemos volver a nuestro país lo antes posible", indica Sánchez.
También le gusta vacacionar aquí porque se fomenta el uso de la bicicleta con 220 km de ciclovías que permiten recorrer los pueblos aledaños a la cuenca.
Viaje con nosotros a la Bahía de Arcachon.
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