La legendaria librería Shakespeare & Co. pide auxilio en medio de la pandemia
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Verdadera institución parisina, el establecimiento anunció que ha perdido el 80% de sus ingresos y que funciona a pérdida desde el primer confinamiento. El caso de Shakespeare & Co es revelador de las dificultades que tienen hoy para sobrevivir las librerías francesas, obligadas desde el viernes a cerrar sus puertas.
Desde marzo, una de las librerías más icónicas del mundo, ha perdido el 80% de sus ingresos. “Como muchas empresas independientes, estamos luchando, tratando de ver un camino a seguir durante este tiempo en el que hemos estado operando con pérdidas”, explica el establecimiento en un mail a sus clientes.
"Con esta información en mente, estaríamos encantados de recibir pedidos en nuestra página web, para aquellos que puedan y estén interesados", agrega el texto, añadiendo que el año 2021 marcará el 70 aniversario de su apertura.
La librería, instalada en el quinto distrito de París desde 1951, fue frecuentada por escritores como James Baldwin, Lawrence Durrell, Allen Ginsberg o Anaïs Nin. Antes de mudarse, se daban cita en la librería original escritores como Ernest Hemingway, TS Eliot o James Joyce.
El caso de Shakespeare and Company es un botón de muestra de la crisis que atraviesan las librerías, que como otros comercios considerados “no esenciales” por el gobierno francés deben cerrar sus puertas para frenar el rebrote de covid-19.
Pese a la emergencia sanitaria, muchos libreros siguen exigiendo que se mantenga la apertura: algunos han decidido desafiar la prohibición, otros se han movilizado para apelar al presidente Emmanuel Macron. Varios premios literarios han sido pospuestos debido al confinamiento y por solidaridad con librerías cerradas, incluyendo el muy prestigioso Goncourt.
Ante la indignación de libreros y lectores, la ministra de Cultura Roselyne Bachelot anunció que la tarifa postal para el envío de libros “disminuirá considerablemente”, al tiempo que pidió a los franceses que “no compren libros en las plataforma digitales”. “Sí, Amazon se llena la panza; somos nosotros quienes no tenemos que alimentarlo”, razonó la ministra. Por otro lado, Bachelot pidió privilegiar el sistema de “Click and collect”, que permite comprar un libro en el sitio web de la librería y pasar a buscarlo por el local.
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